El ejecutivo brasileño se ve obligado a adoptar un plan de medidas para reactivar la economía ya que las últimas previsiones indican que el crecimiento estimado para 2012 será de tan solo el 2,7%, la mitad de lo estimado anteriormente.
Con respecto a la línea a seguir para la reactivación económica, la presidenta Rousseff destacó que su gobierno apostará por políticas que actúen sobre el mercado trabajo y el consumo, siguiendo una estrategia de crecimiento en lugar de ajuste, en clara referencia a la actuación de los gobiernos europeos.
Ciertas parcelas de la actividad económica, como el sector del automóvil y el comercio minorista están experimentando una fuerte reactivación como consecuencia del descenso de los tipos de interés y la mejora del acceso al crédito a particulares.
No obstante, y pese a la fuerza de la economía brasileña, que se mantiene en buena medida gracias a su mercado interno, se está experimentando una pérdida de competitividad de su industria y acusa los afectos de la crisis reinante en los mercados internacionales.